viernes, 6 de diciembre de 2024

Los Ángeles caídos

 Lucifer dijo: — “Non serviam”

Y con esas palabras, desató la primera rebelión contra Dios.

Una batalla cósmica que dividió el cielo... y cambió el destino de la creación.

Por qué el ángel más hermoso y sabio lideró esta rebelión?



Los ángeles: creación, propósito y libertad.

“Porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles...” (Colosenses 1:16).

Dios creó a los ángeles como seres de pura inteligencia y voluntad. 

Su propósito: glorificarlo, custodiar la creación y participar en Su plan eterno.

Pero los ángeles también fueron creados con libertad. 

Y esa libertad implicaba la posibilidad de elegir.


El plan de Dios revelado

Antes de la creación del mundo visible, Dios reveló a los ángeles un plan que rompía toda lógica.

El Verbo eterno, el Hijo de Dios, se haría hombre. 

“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14).

Y más sorprendente aún…

Su madre, una mujer y criatura humana, sería exaltada como Reina del cielo, superior incluso a los ángeles. (Apocalipsis 12:1).

Esto requería un acto de humildad por parte de los ángeles.

Servir a Dios hecho hombre y honrar a su madre.


Lucifer: el portador de luz

“Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura.” (Ezequiel 28:12).

Lucifer era el más bello, poderoso y sabio de los ángeles. 

Su nombre significa “portador de luz”. 

Pero el orgullo oscureció su corazón.

Se dice que Lucifer, mirando su propia grandeza, se pregunto:

“Por qué debo servir a alguien inferior a mí? 

Un hombre?… Una mujer humana?”

Por esta razón, Lucifer dirigió su odio hacia Eva y fue a tentarla a ella. 

Sabía del plan de que una mujer sería la madre de Dios encarnado, aunque desconocía quién sería.

Por eso Lucifer y todos sus seguidores (a veces sin saberlo) detestan a María.




El grito de la rebelión: Non serviam

El rechazo de Lucifer fue absoluto…

“Non serviam” – “No serviré”

No quiso someterse al plan de Dios ni aceptar la encarnación de Dios como hombre (Jesús) y la exaltación de su madre (María). 

Su grito fue el primer acto de desobediencia en la historia del cosmos.

Aquí nació el orgullo, el pecado que da origen a todos los demás.


La seducción de otros ángeles.

“Arrastró con su cola a la tercera parte de las estrellas del cielo.” (Apocalipsis 12:4).

Lucifer no se rebeló solo. 

Convenció a otros ángeles de unirse a él. 

Tal vez los sedujo con la idea de poder y libertad absoluta, susurrándoles…

“No sirvan. No se sometan. ¡Sean dioses para ustedes mismos!”

Una tercera parte de los ángeles eligió el Non serviam. 

Se convirtieron en demonios, seres de oscuridad que rechazaron la luz divina para siempre.


La batalla en el cielo.

“Entonces hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón.” (Apocalipsis 12:7).

San Miguel Arcángel, humilde pero fiel, respondió al grito de Lucifer con otro grito:

"Quis ut Deus?” - "Quién como Dios?”

La batalla fue feroz, pero no duró mucho.

Lucifer y sus seguidores fueron expulsados del cielo.

El orgullo no puede prevalecer ante la verdad.



El destino de Lucifer y los caídos

“Vi a Satanás caer del cielo como un rayo.” (Lucas 10:18).

Expulsados del cielo, los ángeles caídos perdieron para siempre su belleza y gloria. 

Se convirtieron en demonios, condenados al abismo, pero libres para tentar y destruir.

No pudieron derrotar a Dios.

Así que ahora buscan destruir su obra más amada… la humanidad.


SERVIAM: el grito de los fieles

En contraste con el Non serviam, los ángeles fieles proclamaron…

 “Serviam” - “Serviré”

Eligieron el amor, la humildad y la obediencia. 

Sabían que servir a Dios no era esclavitud, sino el acto más libre y pleno que existe.

Este grito no es solo de los ángeles. 

Es el llamado de cada alma humana.


fuente: Enrique Valtierra